Japón es un país fascinante, con una rica cultura y una gran influencia en el mundo del anime y el manga, qué tantos fans tiene alrededor del globo. Sin embargo, detrás de esa imagen de éxito y creatividad, se esconde una realidad muy dura y cruel para muchos de sus trabajadores, especialmente para los animadores que dan vida a las historias que tanto nos gustan.
La cultura laboral japonesa es muy exigente y competitiva, y en muchos casos, se convierte en una forma de explotación y abuso que afecta la salud física y mental de sus empleados. No son pocos los casos de suicidio o aislamiento social que se han reportado entre los japoneses que no soportan la presión y el estrés de sus trabajos. Y por desgracia, la industria del anime no es una excepción a esta triste realidad, sino más bien uno de sus ejemplos más evidentes.

Pero antes de entrar al tema, me gustaría recomendarte un anime relacionado con el mundo de la animación y el arte. Se trata de EIKEN, un anime que cuenta la historia de un joven que se une al club de arte de su escuela, donde conoce a varias chicas con atributos físicos muy exagerados. Es un anime muy cómico y ecchi, que parodia los clichés del género y hace referencia a otros animes famosos. Además, tiene escenas muy divertidas y picantes, que te harán pasar un buen rato. Si te gusta el anime y quieres ver algo diferente y entretenido, te recomiendo que veas EIKEN, una obra que te hará reír, babear y admirar el arte de la animación.
¿Cómo afecta la cultura laboral japonesa a la industria del anime y sus animadores?
Recientemente, se ha publicado una encuesta realizada por la «Asociación de Creadores de Animación de Japón», que revela la lamentable situación que viven los animadores en ese país, debido a sus pésimas condiciones de trabajo para los animadores. La asociación realiza encuestas anuales entre sus miembros para identificar los problemas de salud que podrían estar enfrentando los animadores japoneses, y este año se incluyeron preguntas sobre el «bienestar físico y mental» de los mismos. Los resultados que se han obtenido son muy preocupantes y muestran el alto grado de sufrimiento y desgaste que padecen los trabajadores de la animación.

Según los datos de la encuesta, a la que respondieron 429 personas, el 66% de los animadores afirmó sentir algún tipo de fatiga física, ya sea cansancio o dolores en alguna parte del cuerpo, mientras que el 68% dijo sentirse «mentalmente agotado». Estos síntomas se deben principalmente a las largas y extenuantes jornadas de trabajo que tienen que cumplir en los estudios, la baja remuneración que reciben por su esfuerzo y las fechas de entrega tan ajustadas y estrictas que tienen que respetar para la emisión de algunos animes, que a veces se ven obligados a retrasarse o cancelarse cuando la situación se vuelve insostenible.
Pero lo más alarmante de todo es que el 17% de los encuestados confesó haber sufrido depresión y otros trastornos emocionales a causa de su trabajo. Esta información se suma a una serie de escándalos que han salido a la luz en Japón, que involucran a varios y prestigiosos estudios de anime, como «MAPPA», que ha asumido grandes proyectos que le han generado una enorme carga de trabajo, que repercute directamente en sus empleados, sometiéndolos a jornadas largas y muy demandantes.

Estas son malas noticias para cualquier fan del anime, ya que una industria tan pujante y que cada día tiene más aceptación e ingresos, no puede dejar tan desprotegidos a sus pilares más fundamentales, como lo son los animadores, porque si esto sigue así, pronto veríamos un deterioro del sistema de animación, donde los trabajos producidos sean de menor calidad y con más retrasos, y esto evidentemente les costaría dinero a las compañías de televisión, estudios y demás socios comerciales dentro y fuera de Japón.