El mundo de las idols es uno de los más fascinantes y atractivos para los otakus, que admiran a estas jóvenes artistas que cantan, bailan y sonríen en los escenarios. Sin embargo, detrás de esa fachada de glamour y felicidad se esconde una realidad oscura y cruel, llena de abusos, explotación y violencia. Esa es la premisa de Oshi no Ko, una obra que captó la atención de muchos lectores por su trama impactante y realista, que nos mostraba el lado más sombrío de la industria del entretenimiento.
Oshi no Ko es una obra que nos dejó boquiabiertos desde el primer capítulo, cuando vimos cómo la protagonista Ai Hoshino, una idol famosa y querida por todos, era asesinada por su propio fan, dando inicio a una historia de venganza.
La realidad ha superado a la ficción, el trágico crimen visto en Oshi no Ko se hace real
Lamentablemente, la ficción se ha vuelto realidad en un reciente caso que ha conmocionado a Japón y al mundo otaku en general, pues se trata de un crimen muy similar al de Oshi no Ko, donde una idol y un fan son los protagonistas.
El pasado 25 de septiembre, un hombre desempleado de 38 años le quitó la vida a una chica de 18 años en un hotel cercano al distrito de Ikebukuro. Lo que sorprendió a la comunidad fue que la chica era una idol underground, es decir, una de esas idols que actúan en locales pequeños y para audiencias reducidas, el hombre era su fan, y según él, mantenía una relación amorosa con ella.
Según la fiscalía encargada del caso, el hombre le hacía regalos constantemente a la chica, lo que lo llevó a creer que ella le correspondía sus sentimientos. Sin embargo, cuando perdió su empleo y su dinero se acabó, el hombre entró en pánico y pensó que sin dinero no podría seguir con esa relación.
Entonces decidió matarla para que solo fuera de él, y así evitar que ella lo dejara o lo engañara con otro. La defensa del asesino alegó que el hombre se sentía frustrado por no recibir el afecto y la reciprocidad que él esperaba de ella, pero finalmente aceptó los cargos que se le imputaban.
Un caso muy triste y escalofriante por su parecido con Oshi no Ko, y también un recordatorio de que la realidad puede ser más dura y triste que la ficción. También nos hace reflexionar sobre el peligro que corren las idols y otros artistas por parte de algunos fans obsesivos y enfermizos, que tienen una idea errónea del amor y la admiración. Lo único que podemos decir es que nos alegramos de que se haya hecho justicia por parte de las autoridades japonesas encargadas del caso y esperamos que esto no vuelva a ocurrir nunca más.