Uno de los recursos más populares del anime romántico es la “relación forzada” entre los dos protagonistas. Una relación forzada es aquella en la que uno o ambos personajes se ven presionados a mantener una relación romántica debido a circunstancias imprevistas. Normalmente, al principio de estas relaciones, los dos personajes no se llevan bien, pero acaban enamorándose a medida que pasan más tiempo juntos. Algunos ejemplos de relaciones forzadas populares son Raku Ichijo y Chitoge Kirisaki, de Nisekoi, y Kobe Yonomori y Hakuya Mitsumine, de Engaged to the Unidentified.
A primera vista, estas relaciones en el anime son problemáticas porque los personajes se ven forzados contra su voluntad a mantener relaciones con personas que no les interesan románticamente. Aun así, los tropos de “relaciones forzadas” siguen despertando el interés del público por alguna razón. Los argumentos de las relaciones forzadas son poco realistas y se centran en parejas con relaciones de “amor-odio” o en relaciones que tienen un fin estrictamente no romántico. Sin embargo, a pesar de que estas historias son predecibles, los espectadores encuentran estos argumentos románticos cautivadores porque glorifican la idea de que dos individuos pueden enamorarse a pesar de ser forzados contra su voluntad a estar juntos.
En Nisekoi, Raku Ichijo y Chitoge Kirisaki pertenecen a bandas rivales, pero sus respectivas familias les obligan a mantener una relación para mantener la paz entre las bandas. Raku y Chitoge se odian, pero a medida que Raku va conociendo a Chitoge, pronto desarrolla sentimientos sinceros hacia ella. Asimismo, en Rent-A-Girlfriend, Kazuya Kinoshita alquila una novia llamada Chizuru Mizuhara. Poco después, se ve obligada a ser la “novia falsa” oficial de Kazuya para apaciguar a su familia, especialmente a su abuela. Aunque su relación es estrictamente de negocios, Kazuya y Chizuru empiezan a cuestionarse si tienen o no sentimientos reales el uno por el otro, especialmente cuando otros pretendientes se involucran.
Las relaciones forzadas en Nisekoi y Rent-A-Girlfriend ocurren cuando personajes externos se involucran en la vida amorosa de los protagonistas, glorificando la idea de que las relaciones forzadas pueden funcionar. Este tipo de relaciones se romantizan para que parezca que están predestinadas y son orgánicas porque otros ayudan casualmente a la unión romántica entre dos individuos que antes no se gustaban. Estos argumentos alimentan la fantasía del público de que los sentimientos forzados pueden ser recíprocos. Aunque las relaciones forzadas serían obviamente poco éticas en la vida real, el público puede disfrutar viendo cómo se producen en estos animes románticos.
Además, estas fantasías de relaciones forzadas sugieren que las relaciones tóxicas son saludables. Por ejemplo, en Wolf Girl & Black Prince, Erika Shinohara chantajea a Kyoya Sata para tener una relación falsa porque quiere impresionar a un grupo de chicas. Sin embargo, a cambio, Erika debe actuar como sirviente de Kyoya. A primera vista, Kyoya y Erika parecen una pareja encantadora; sin embargo, Kyoya molesta tanto a Erika hasta el punto de que ésta se pregunta si le gusta o no a Kyoya.
Wolf Girl & Black Prince es un excelente ejemplo de por qué las relaciones forzadas o basadas en la coacción no son una buena idea. Si una relación no se basa en el amor, una persona puede aprovecharse de los sentimientos de otra, algo que le ocurre a Erika cuando va conociendo poco a poco la oscura personalidad de Kyoya. Las burlas de Kyoka y sus ridículas exigencias hacen que parezca que se está aprovechando de los sentimientos de Erika. Por lo tanto, Wolf Girl & Black Prince muestra cómo las relaciones forzadas pueden llevar a una mentalidad de relación tóxica.
Una relación forzada parece romántica porque dos personajes que antes no se llevaban bien desarrollan una apasionada relación amorosa después de conocerse a un nivel más profundo. Sin embargo, estas relaciones forzadas dejan entrever la toxicidad y el abuso. Detrás del romance y la intimidad, hay manipulación, posesividad y explotación emocional. Aun así, los aficionados al anime pueden disfrutar de ellas en un entorno de romance ficticio, pero nunca intentar hacer lo mismo en la vida real. ¡La vida no es un anime!